A Mar y a mi nos encantan las actividades al aire libre y cada que podemos tratamos de hacer planes que involucren a la naturaleza, en esta ocasión Mar me sorprendió con lo que íbamos a hacer.
Para las fechas en que cumplimos mes, Mar me invito a subir una montaña en Chia Cundinamarca un municipio que queda cerca a Bogotá y al cual ya hemos ido en bicicleta, si les soy sincero no recuerdo cual era el nombre de la montaña pero lo que nunca olvidaré es el hermoso paisaje que pude encontrar en ella.
Todo inició muy temprano en la mañana ya que debíamos estar en Chia a las 6.30 si no recuerdo mal, así que madrugamos, tomamos un Transmilenio hasta el portal norte y de ahí un bus hasta chía, nos bajamos en el parque principal ya que allí nos estaba esperando la guía y el grupo para subir la montaña.
Nos presentamos ante la guía y partimos caminando hasta el inicio del ascenso, comimos alguito nos hidratamos y empezamos la travesía, el "calentamiento" era una subida llena de escaleras hacia un iglesia en la cual ya mucha gente estaba cansada, Mar alcanzo a sentirse un poco cansada ya que llevaba varios días sin hacer cardio 🤭, desde allí ya se logra apreciar una vista muy bonita del municipio y se siente el aire a naturaleza, nos tomamos nuestra respectiva foto y continuamos hacia el corazón de la montaña.
La ruta no es tan sencilla como parece, son más o menos dos horas de ascenso y una hora de descenso con sus respectivas paradas, nosotros fuimos bien preparados con sanduches, queso con bocadillo y agua, íbamos picando conforme avanzábamos para ir reponiendo energía, además que en cada parada nos tomábamos una fotito.
Mi lugar favorito de la montaña fue uno en el que parecía que el suelo se hubiese convertido en un tapete rojizo cubierto de hojas que caían cómo si estuviéramos en otoño (o bueno en otoño de un país con estaciones ya que en Colombia no tenemos), me encantó el escenario que mis ojos veían y creo que es sin lugar a dudas transportarse a otro mundo.
En la montaña hicimos ascenso de montaña, descenso con cuerda, gateamos, andamos en arrastre bajo, atravesamos arboles, en fin, no fue una caminata normal, tiene un pequeño grado de exigencia por si tienen pensado hacer este tipo de actividades.
Y lo mejor es que la caminata no termina al descender de la montaña, hay que volver al punto de encuentro y luego tomar un bus para devolverse, mientras hicimos todo eso pensábamos que estábamos perdidos porque ya estábamos en el municipio pero no veíamos a nuestro grupo y ya habíamos caminado bastante, aunque afortunadamente teníamos Google maps para no perdernos.
Ese día terminamos exhaustos, tomamos un bus para Bogotá y luego un Uber para la casa, un día lleno de aventuras que se añade con mucho cariño a nuestra historia.
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